¿Qué podemos hacer para contribuir a reducir la cantidad de desechos en esta época? Aquí les damos nueve tips para considerar en estas fiestas de navidad.
El ritmo de vida de las sociedades modernas impulsa un consumo indiscriminado de todo tipo. Mucho más cuando se acerca la época navideña: sin darnos cuenta, estamos comprando hasta lo que no necesitamos, seducidos por la publicidad o los descuentos. La cantidad de basura que se produce después de Navidad aumenta considerablemente. En España, por ejemplo, cada ciudadano produce normalmente un kilo de basura, pero en diciembre y los primeros días de enero, eso casi se duplica: 1,75 kilos por persona. En México, el aumento de residuos es del 30%.
En Guayaquil, sucede algo similar. A diario, se producen tres mil quinientas toneladas de basura (lo mismo que pesarían siete mil vacas adultas), pero el 31 de diciembre esa cifra aumenta en más de un veinte por ciento: cuatro mil trescientas toneladas. ¿Qué podemos hacer para contribuir a reducir la cantidad de desechos en esta época? Aquí les damos nueve tips para considerar en estas fiestas navideñas.
Reduce el consumo de productos que tengan envolturas innecesarias: cuando compres tus regalos navideños, evita aquellos que tengan papeles, bolsas, cajas en exceso, que no son necesarios. En Navidad, las empresas suelen ofrecer empaques especiales que contienen una gran cantidad de materiales que terminan en la basura. Pide que no te los den.
Reutiliza: aprovecha los envoltorios que estén en buen estado para darles una segunda oportunidad. El papel de regalo, los lazos, las cintas y las bolsas navideñas pueden ser reutilizados para que empaques los regalos que darás a tus seres queridos.
Recicla: no botes a la basura aquello que puedes reciclar. Separa papel, cartón, vidrio y todo aquello que puede ser reciclable. Hay muchos tutoriales que te enseñan a aprovechar ese tipo de materiales para decoración o almacenamiento. También puedes separar para dejarlo en centros de reciclaje.
Prepara la cantidad de comida justa: tenemos la costumbre de cocinar en cantidades exorbitantes. “Es preferible que sobre a que falte”, suele ser la premisa cada vez que organizamos una cena, y cuando sobra —incluso después del recalentado— se desperdicia. No se trata solamente de evitar la producción de basura innecesaria sino también de ser responsable socialmente. El activista contra el desperdicio de comida Tristram Stuart dice que la energía que se invierte para producir las sesenta y un mil toneladas de tomates que se desperdician al año en el Reino Unido, es igual a la cantidad que se necesita para aliviar el hambre de unas cien millones de personas. Al evitar comprar y cocinar en exceso, aliviamos a la Tierra y ahorramos, pues hay que considerar también cuánto gastamos en el supermercado y cuánto sobra, se pudre, y termina en la basura.
Si vas a comprar productos electrónicos o juguetes, trata de que funcionen con baterías o pilas recargables. Éstas duran mucho más tiempo y evitas gastar en pilas constantemente.
Cambia las tarjetas tradicionales por tarjetas electrónicas. Hay personas que acostumbran a enviar tarjetas navideñas —sobre todo en las oficinas— con un mensaje estándar, poco personalizado, que terminan en la basura, o escondidos en el fondo de un cajón. Puedes evitarlo reemplazándolas por mensajes virtuales disponibles en Internet o incluso programas que te permiten crear tu propia tarjeta. Si quieres algo más personalizado, contrata un servicio de diseño gráfico.
Opta por regalos amigables con el medio ambiente. Olvídate de las marcas de diseñador, juguetes de última moda o equipos electrónicos de primera. Pregúntate, ¿realmente los necesito? ¿Qué bolsillo estoy engordando? Siempre será mejor pagar por regalos de pequeños emprendedores, sobre todo aquellos que son responsables con el medio ambiente y producen bienes que siguen esa lógica. Canastas con productos locales, agendas o separadores de libros hechos con productos reciclados, objetos pintados a mano… Son algunos productos que te van a dar mayor satisfacción porque no vienen de grandes industrias que contaminan y tienen poca conciencia ecológica y social.
Haz tus propias decoraciones navideñas con material reciclado. En lugar de gastar mucho dinero en adornos navideños, puedes hacerlos tú mismo. Ahorrarás dinero y cuidarás el medio ambiente. Puedes encontrar tutoriales en Internet, que te indican cómo hacer coronas navideñas con vasos plásticos o muñequitos de jengibre. Además puedes aprovechar para hacerlos junto a tu familia.
Siguiendo estos sencillos tips podrás vivir la Navidad de una forma distinta, recordando que el espíritu de la época es el de compartir en familia. El mejor regalo que les puedes dar a tus hijos y a tus seres queridos es un planeta bien cuidado y para eso hay que empezar a cambiar nuestros hábitos —y enseñarlos a los más pequeños—. Con acciones individuales podemos hacer un cambio global. ¡Empecemos por casa!Usa servilletas de tela: Navidad es una época de muchos compromisos, cenas y fiestas. Considera la cantidad de servilletas de papel que se consumen en cada reunión social. Si organizas eventos en tu casa, cambia tu hábito: empieza a utilizar servilletas de tela. Y aunque sea más cómodo usar vajilla desechable, evítala. Tómate el tiempo de lavarla: ese pequeño esfuerzo evitará que generes desechos en exceso.